viernes, 30 de noviembre de 2012


                       EL POZO DE LAS NIEVES DE SALVATIERRA (y 5) 

Todavía hoy pueden verse los abancalamientos, al otro lado de la carretera, donde se disponían las láminas de agua para conseguir carámbano con el que se suministraba parcialmente el depósito.

El Pozo de Salvatierra de los Barros surtía los pozuelos menores existentes en las diferentes residencias y dependencias señoriales de la Casa de Feria en la Comarca, numerosos centros religiosos, hospitales, del señorío y también los depósitos concejiles situados para uso del común del vecindario en las poblaciones del entorno.

Aunque ha sufrido ligeras modificaciones como la instalación de una estructura de madera en uno de los torreones a fin de obtener dos   compartimentos, el monumento conserva su estructura original. Su estado de conservación es bueno, aunque es preocupante una grieta en el torreón de levante que recorre toda su altura.

La finalidad con que fue construido ha desaparecido, pues hoy sirve de almacén  a  enseres  agrícolas  y ganaderos,  circunstancia  que  quizás  haya favorecido su conservación.

El Pozo de las Nieves de Salvatierra de los Barros fue declarado en 1994, por la Junta de Extremadura, Bien de Interés Cultural, pero como critica José Joaquín Rodriguez Lara en un artículo publicado en la revista Panorama: “el interés oficial del gobierno extremeño por tan curioso monumento parece haberse quedado en la simple declaración”
(¡Arre burra con la nieve! – Revista Panorama; suplemento HOY – 9 de agosto de 1998)
Fotografía publicada en el trabajo realizado en 2006 por Miguel Alba “Los restos arqueológicos de la calle Reyes Huertas (Mérida): ¿Pozos de nieve de época romana?”

lunes, 26 de noviembre de 2012

El pasado día 24 de noviembre, la Asociación Cultural Amigos de Salvatierra, se ha dirigido tanto al PSOE, partido que actualmente gobierna en el ayuntamiento de Salvatierra de los Barros, como al Partido Popular, en la oposición, para solicitarles la convocatoria  urgente de un pleno extraordinario para conocer y analizar la situación de deterioro en que se encuentra el Pozo de la Nieve y adoptar  las soluciones que con arreglo a la Ley procedan, y  aprobar una moción por la que el Ayuntamiento proponga  a las autoridades de la Junta de Extremadura,  Presidente y Consejera de Cultura, un plan con criterios de actuación tendentes a garantizar la máxima protección de nuestro monumento.

EL POZO DE LAS NIEVES DE SALVATIERRA (4) 

Su fábrica es de mampostería de piedra careada sin enlucir formando hiladas regulares. La estructura del edificio se resuelve con dos torreones cilíndricos unidos y en la parte posterior diversas dependencias adosadas.  


El diámetro exterior de cada torreón es de algo más de 5 metros, siendo de más de uno el grosor de los muros para el máximo aislamiento térmico del exterior, y la altura de 11. Las cubiertas de estos torreones son cúpulas de rosca realizadas en ladrillo, que por la parte posterior responde a media naranja de mortero, con una terracilla circundante practicable y un somero antepecho con remate de tejas. Sobre la cúpula, y a modo de botón, se dispone una pequeña mesetilla, también practicable. Una escalera que arranca desde el sur, permite el acceso a la parte superior de los torreones pasando por encima de las cámaras de aislamiento. En estas se alojan diferentes dependencias vivideras y de servicio. Cada uno de los torreones cuenta con una entrada de reducidas dimensiones, siendo moderna la del torreón de levante y de acceso directo desde el exterior, en tanto que en el otro se dispone en la zona por la que se le adosan los cuerpos auxiliares; es decir, en el interior de estos para aislar los recintos térmicamente del exterior o de la zona de almacenamiento. Ambas torres se comunican entre sí por medio de un pequeño vano abierto a la altura de la zona abovedada. Un reducido cuerpo alto en forma de buhardilla cabalga entre los dos cuerpos cilíndricos, también como acceso a las terrazas desde la parte posterior de la construcción. La cubierta del cuerpo semicircular anejo se resuelve con tejado de piezas árabes dispuestas radialmente. Tapias y otros elementos completan la instalación.

En el interior de los pozos la nieve se apretaba mediante pisones, disponiéndola en capas, que acababan por convertirlo en hielo, separadas entre sí por paja, para mejorar y favorecer su conservación.

A veces se adosaban a la pared interior del pozo unas escaleras, que también podían ser de madera, por las que se descendía hasta el nivel de la nieve para extraerla.

La orientación de estos edificios era importantísima, ya que se situaban preferentemente en la umbría de un cerro, orientados hacia el norte para propiciar la máxima sombra en beneficio de mantener fresca la instalación como ocurre en este Pozo de Salvatierra.



martes, 20 de noviembre de 2012


 EL POZO DE LAS NIEVES DE SALVATIERRA (3) 

El Pozo de las Nieves de Salvatierra de los Barros debió ser el principal o uno de los más importantes existentes en el condado de Feria, del que terminó formando parte dicha localidad.  A inicios del siglo XVI pertenecían a este estado Zafra, Feria, La Parra, Oliva de la Frontera, Nogales, La Morera, La Alconera, Salvaleón, Almendral, Valencia del Mombuey, La Torre de Miguel Sesmero Y Villalba, próximas a Salvatierra que se eleva entre ellas como punto de referencia geográfica. El territorio del señorío abarcaba más de 100.000 hectáreas Y contaba entonces con 3.800 vecinos lo que asegura, según Fernando Mazo en su tesis doctoral ,”El condado de Feria” , una población de entre 17.000 y 19.000 vasallos.
Una vez transportada la nieve hasta la provincia de Badajoz, la ruta concreta que seguían los arrieros hasta llegar a Salvatierra era la siguiente: Mérida, Almendralejo, Aceuchal, Villalba, y la Parra, donde a su vez se iba repartiendo la mercancía, de ahí lor topónimos de ciertos lugares de la zona: “ el Pozanco" entre Torremejías Y Almendralejo; "El paso de la Nieve" en la dehesa del Golfín, algo más adelante; "El camino del nevero" en las proximidades de Villalba; o bien el expresivo de “Cuestas de Derritenieves” entre esta localidad y el campo de La Parra.

         
El monumental edificio se levanta junto a la carretera que une Salvatierra con Salvaleón, en la falda de Peña Utrera, que con sus 813 metros de altitud es el segundo punto más alto de la provincia de Badajoz.

         Su titular era D. Gómez Suárez de Figueroa quien ordenó su construcción a principios del siglo XVII terminándose en 1619, pudiéndose leer, aunque con dificultad, en la inscripción conmemorativa.

         Normalmente estas edificaciones son cúbicas, con cubierta de bóveda de rosca y tejado a dos y cuatro aguas, encalada en blanco y con aspecto exterior de casa ordinaria. Pero el de Salvatierra responde a unas características originales y únicas, recordando con sus volúmenes a las construcciones militares.

lunes, 19 de noviembre de 2012

ESQUEMA DIDÁCTICO DE UN POZO DE LA NIEVE


Ejemplo de un esquema didáctico de como funcionaba el pozo de la nieve de Guadalupe.



Chema Corrales, nos envía este esquema y nos sugiere, que deberíamos hacer lo propio con el de Salvatierra y "difundirlo en los centros educativos, para que los chavales desde pequeños aprendan a valorar el valor de su tierra, ya sabéis que en pedagogía se dice que los valores que se aprenden en la infancia permanecen a lo largo de la vida de los individuos.

POZO DE LAS NIEVES DE SALVATIERRA (2)


Los  arrieros,  dedicados  al transporte  de  esa  nieve,  estaban rigurosamente vigilados y bajaban la nieve durante el verano. Los precios eran exorbitantes: dos reales por libra ya en tiempos de Felipe II.
            El precio ordinario en el s. XVII, se mantenía alrededor de dos maravedís por libra, y hasta cuatro reales por carga. El 3 de Mayo de 1634 se fijó en un real por cuartillo el precio de la nieve en Hornachos. En 1819 se cobraban diez cuartos, 50 maravedíes, por cada libra de nieve en Villafranca de los Barros.


         El  hielo  llegaba a Badajoz desde  los  lugares  donde  la  nieve  era abundante, como Béjar (Salamanca) o el Calvitero, al norte de Cáceres.
         Los arrieros-"neveros" transportaban, en cántaros de barro protegidos por helechos y paja, cargas de nieve viajando por la noche para evitar en lo posible la licuación de tan delicado cargamento y recorrían una ruta que pasaba por Cañaveral, Garrovillas y Aliseda hasta Villar del Rey para terminar en Badajoz.
         Conventos, hospitales, casas particulares de importancia, y otros lugares, contaban con pozuelos para uso propio. La propiedad de los grandes Pozos de Nieve era, de ordinario, municipal, aunque su administración y gestión solía ser otorgada en arrendamiento a particulares, como otros servicios, por el sistema de la puja. En otros casos la propiedad de los almacenes de nieve y el derecho de su venta, correspondía a la Iglesia, las Ordenes Militares y también a particulares.


         Todo este negocio constituyó una red regional de casas de la nieve (que eran depósitos construidos en superficie) y pozos (que estaban total o parcialmente hundidos en el terreno). En ocasiones el depósito estaba en el casco urbano, como ocurría en Cabeza del Buey, o muy cerca, como en Salvatierra de los Barros, pero también podía estar a varios kilómetros en pleno campo, como el pozo de la nieve de Herrera del Duque o, incluso, en otro casco urbano. El pozo de la nieve de Badajoz estaba en Villar del Rey, pueblo encuadrado en la jurisdicción de la capital. Alberto Conzález afirma que además de en las localidades citadas, se han encontrado casas o pozos de la nieve de cierta entidad en Valencia del Ventoso, Mérida,  Zafra,  Llerena, Alburquerque, Hornachos, Zalamea de la Serena, Villafranca y en otros lugares. Los mejores conservados son los de Villar del Rey, Alburquerque y Salvatierra.


jueves, 15 de noviembre de 2012

EL POZO DE LAS NIEVES DE SALVATIERRA DE LOS BARROS

Varios artículos se han publicado sobre el pozo de las nieves de nuestro pueblo: en el periódico regional Hoy, en las revistas del Cristo, de la feria, en la revista el Atrio..., 
Alberto González Rodriguez, José Joaquín Rodríguez Lara, Mª del Mar Corrales Canchales, José Angel Calero Carretero, Juan Diego Carmona Barrero..., son entre otros, los autores que ha ido publicando la historia de este edificio singular. 
En este blog vamos a ir difundiendo esas publicaciones. Las fotos son de Luis Moriano Caro


POZO DE LAS NIEVES DE SALVATIERRA (1)
           Entre los monumentos más emblemáticos  y originales que  conserva Salvatierra se encuentra sin duda el Pozo de las Nieves. Se trata de un edificio construido con el fin de almacenar y conservar nieve durante todo el año, para su posterior venta al por menor.
Cuando todavía no existían frigoríficos, la nieve era un producto que no estaba al alcance de todo el mundo, sobre todo en zonas calurosas como la Baja Extremadura, así que era un capricho por el que se pagaba bastante caro.
La nieve era un bien muy preciado en la Edad Media y tenía diversos usos: como antipirético, o como remedio contra el tabardillo, cólera y otros males. También para la conservación de alimentos como la carne y principalmente el pescado de obligado  consumo en los  períodos cuaresmales; y en el caso de los consumidores más pudientes, para la fabricación de heladas y sorbetes, granizadas, o enfriar agua y otras bebidas y productos. Era todo un lujo ya que también servía como regalo para las personas pudientes.
En los  lugares  donde  no  nevaba,  los  consumos  menores  se  veían resueltos con el carámbano que se formaba durante la noche, mediante la  disposición  de  amplias  láminas  de agua formando  estanques  o lagunas artificiales y que posteriormente era recogido por mujeres y niños a cambio de pequeñas retribuciones. Pero esto empezó a cambiar en el s. XVI, cuando se convirtió casi en una necesidad para las gentes acomodadas. El carámbano ya resultaba insuficiente y se veían en la necesidad de traer nieve desde las  cumbres más altas del norte de Extremadura y la zona de Salamanca, pero la mayor dificultad consistía en conservarla y por ello se crearon estas construcciones en la mayoría de las poblaciones extremeñas a partir del s. XVI.


Muy pronto todo este entramado se convirtió en un gran negocio sobre todo para los particulares que recibían impuestos por pasar por sus territorios. Todo este comercio está perfectamente documentado. Uno de los documentos más antiguos conocidos sobre la llegada de nieve Bejarana a esta región, es la solicitud hecha por el Concejo de Béjar en 1650, "para arbitrar sobre la nieve", que ese mismo año se sacase para Castilla y Extremadura. En la petición, dirigida al Duque de Béjar, Señor del territorio, se dice: "suplicamos sea servido darnos licencia y permisión para poder arbitrar en alguna cosa que sea de utilidad. Que lo que la villa propone a V.E. es sobre las cargas de nieve que se sacaren de la sierra  este año, que juzgamos será de consideración, respecto de estar sin nieve los pozos de Extremadura ".