jueves, 15 de noviembre de 2012

EL POZO DE LAS NIEVES DE SALVATIERRA DE LOS BARROS

Varios artículos se han publicado sobre el pozo de las nieves de nuestro pueblo: en el periódico regional Hoy, en las revistas del Cristo, de la feria, en la revista el Atrio..., 
Alberto González Rodriguez, José Joaquín Rodríguez Lara, Mª del Mar Corrales Canchales, José Angel Calero Carretero, Juan Diego Carmona Barrero..., son entre otros, los autores que ha ido publicando la historia de este edificio singular. 
En este blog vamos a ir difundiendo esas publicaciones. Las fotos son de Luis Moriano Caro


POZO DE LAS NIEVES DE SALVATIERRA (1)
           Entre los monumentos más emblemáticos  y originales que  conserva Salvatierra se encuentra sin duda el Pozo de las Nieves. Se trata de un edificio construido con el fin de almacenar y conservar nieve durante todo el año, para su posterior venta al por menor.
Cuando todavía no existían frigoríficos, la nieve era un producto que no estaba al alcance de todo el mundo, sobre todo en zonas calurosas como la Baja Extremadura, así que era un capricho por el que se pagaba bastante caro.
La nieve era un bien muy preciado en la Edad Media y tenía diversos usos: como antipirético, o como remedio contra el tabardillo, cólera y otros males. También para la conservación de alimentos como la carne y principalmente el pescado de obligado  consumo en los  períodos cuaresmales; y en el caso de los consumidores más pudientes, para la fabricación de heladas y sorbetes, granizadas, o enfriar agua y otras bebidas y productos. Era todo un lujo ya que también servía como regalo para las personas pudientes.
En los  lugares  donde  no  nevaba,  los  consumos  menores  se  veían resueltos con el carámbano que se formaba durante la noche, mediante la  disposición  de  amplias  láminas  de agua formando  estanques  o lagunas artificiales y que posteriormente era recogido por mujeres y niños a cambio de pequeñas retribuciones. Pero esto empezó a cambiar en el s. XVI, cuando se convirtió casi en una necesidad para las gentes acomodadas. El carámbano ya resultaba insuficiente y se veían en la necesidad de traer nieve desde las  cumbres más altas del norte de Extremadura y la zona de Salamanca, pero la mayor dificultad consistía en conservarla y por ello se crearon estas construcciones en la mayoría de las poblaciones extremeñas a partir del s. XVI.


Muy pronto todo este entramado se convirtió en un gran negocio sobre todo para los particulares que recibían impuestos por pasar por sus territorios. Todo este comercio está perfectamente documentado. Uno de los documentos más antiguos conocidos sobre la llegada de nieve Bejarana a esta región, es la solicitud hecha por el Concejo de Béjar en 1650, "para arbitrar sobre la nieve", que ese mismo año se sacase para Castilla y Extremadura. En la petición, dirigida al Duque de Béjar, Señor del territorio, se dice: "suplicamos sea servido darnos licencia y permisión para poder arbitrar en alguna cosa que sea de utilidad. Que lo que la villa propone a V.E. es sobre las cargas de nieve que se sacaren de la sierra  este año, que juzgamos será de consideración, respecto de estar sin nieve los pozos de Extremadura ".

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